sábado, mayo 15

La cuarta pared.

Anoche estuve en el teatro. "Por el placer de volver a verla" de Michel Tremblay. Blanca Oteyza y Miguel Ángel Sola me hicieron llorar y reir. Me dejaron los ojos con chispas y media sonrisa en la cara. Después de la función, cuando ya estábamos entre el vino (Anilibia y Hacienda de la Princesa) y las tapas (ensalada de perdiz, hojaldre de morcilla con piñones...), quienes nos quedamos (lista larga de amigos) nos quitábamos la palabra y nos la dábamos explicando con qué habíamos llorado, dónde habían salido las risas, qué nos había evocado... En fin, daría para muchas entradas esta conversación. Para muchas... porque la tertulia se llenó de oraciones subordinadas y de madejas de lana que se entrelazaban unas con otras y se sabía dónde empezaban pero no dónde irían a parar. El teatro, ese lugar para contemplar...en el que, frente a un público, se representan historias usando las palabras, los gestos, la música, la danza... A veces, ocurre. Sí, sucede que el actor, ante esa cuarta pared que es un agujero negro lleno de luz, de toses, de risas, de suspiros, del tono maleducado de algún móvil, ante esa cuarta pared...encuentra un resquicio para lanzar un hilo de cometa y atar su mano derecha a ese hilo y, como el Principito, volar y ver todas las caras, las lágrimas, las toses, los suspiros, la mano apresurada apagando el p...móvil. No siempre ocurre, eh? Algunos actores piensan que "ese vuelo" es insano; que el compromiso del actor con su papel, con el público tiene un límite claro: la cuarta pared. La cuarta pared me hace reflexionar. Acaso en este mundo de los blogs, de los cuadernos de bitácora no existe también una cuarta pared? Diría más, en este espacio cibernético en el que nos movemos, chateamos, quedamos, nos desencontramos, abrimos y cerramos ventanas, acaso no hay una cuarta pared? Un agujero negro en el que a veces nos vaciamos y salimos escaldados? La pantalla del ordenador es nuestra cuarta pared. Me considero una mujer afortunada porque he saboreado la magia del vuelo. Sin embargo, ah, sin embargo...alguna vez más nos valdría quedarnos en el proscenio y saludar desde allí al público. Y es que ser áptero es una condición natural de la que no hay que renegar. Hay que aceptarla y procurar no engañarse ni engañar. Y no sé si será por las conchas, los escudos, los caparazones, el miedo... pero lo cierto es que hay muchas personas sin alas. A lo mejor hay que hacer como algunos actores: dar lo justo para recibir lo necesario y, entremedias, lo mismo tenemos suerte y encontramos un Concorde para surcar cielos.
En fin, que me gustó la obra, que la cuarta pared brilló por su ausencia y que viajé en un ultrasónico durante hora y media. Y hora y media en un ultrasónico da para mucho.
Estos versos de Oliverio Girondo no vienen mal para que nos acompañen en el vuelo.
No se me importa un pito que las mujeres
tengan los senos como magnolias o como pasas de higo;
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisiaco
o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio
en una exposición de zanahorias;
!pero eso sí¡ -y en esto soy irreductible- no les perdono,
bajo ningún pretexto, que no sepan volar.

7 comentarios:

  1. Ea!
    (es que decir algo más es cagarla)

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  2. A veces dan ganas de no vaciarse en esta cuarta pared..pero la Vida es así y esto forma parte de ella. Para llenarse hay que vaciarse. Que cada cual elija cómo prefiere pasar sus días. Yo prefiero arriesgar..o al menos es lo que desearía.
    Me han encantado los versos!
    Un beso

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  3. Volar con un concorde es un buen sucedáneo pero es mejor volar con las propias alas,no?
    Nefer

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  4. Me encanta todo lo que escribes.. y lo sabes. Pero no sé qué prefiero, si oírtelo o leertelo... Escrito es sin duda mucho más sugerente y entretenido, pero explicado y salido de tu boca tiene mucho más significado, además de que tu forma de hablar es única jaja.
    Será cuestión de que no todos los temas pueden ir dirigidos a una cuarta pared...

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  5. Conocía el poema y me gusta mucho, me arranca una sonrisa porque pienso lo mismo. Nada me pone menos que una mujer que no sepa volar.

    Y sí, la pantalla del ordenador es la cuarta pared.

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  6. yo en esta cuarta pared casi siempre veo una cara, oigo una voz, siento sus manos.

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  7. Holaaaaaaa,
    la magia del teatro.... claro que sí, nada hay tan directo y que pueda llegarte tanto cuando te toca la fibra de verdad, te la arranca , la mastica y la escupe a tus pies y te deja conmovida, removida, cuestionándote ideas, prejuicios, sentimientos y seguridades.
    La cuarta pared, no sé, no sé según en qué espectáculos el artista me saca siempre, me hace interaccionar , debo tener algo en la expresión que le indica que conmigo no hay 4ªpared amiga.

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